Se conoce por
procastinación a la tendencia que podemos desarrollar a postergar
aquello que tenemos que hacer para más adelante. Por lo general,
acabamos haciéndolo cuando no nos queda más remedio, en la temida
“última hora”.
Si se hace de manera
puntual no supone ningún problema, pero si vemos que estamos
empezando a tener problemas ( se nos pasan fechas de entrega o se
nos acumula el trabajo en determinados momentos), entonces debemos
empezar a trabajarla, ya que está interfiriendo en nuestra vida
diaria.
Además hay que
tener en cuenta que personas muy procastinadoras tienden a tener unos
niveles más bajos de autoestima, ya que entran en un círculo
vicioso: como dejo las cosas para última hora me siento mal y
culpable conmigo mismo, por lo que cada vez voy a hacer menos cosas,
dejando cada vez más para última hora..., etc. Hay que tener en cuanta que
cuanto peor nos sentimos más tendemos a la inacción y al dejar de
hacer cosas.
¿Como podemos
luchar contra ella?
Debemos tener en cuenta una serie de aspectos que se desglosan a continuación .
¿Qué es lo que
evitamos?
En primer lugar hay
que ver qué es lo que estamos evitando realmente. Por lo general es
muy poco habitual el que dejemos para más adelante aquello que nos
gusta o nos apetece. Siempre postergamos las cosas aburridas o
aquellas que nos ponen un poco nerviosos. Contra las primeras hay que
trabajar la autodisciplina, pero para las segundas conviene darnos
cuenta de qué cosas estamos evitando y a cuáles nos conviene
acostumbramos a hacer frente. Si por ejemplo, me agobia el ir a una
tienda a cambiar algo quizá debería intentar acostumbrarme a
realizar este tipo de acciones.
Si lo pensamos, la
palabra pavor puede verse como:
Pretexto para
Atenuar
la
Vitalidad y la
Operatividad de
tus
Realizaciones
¿Cómo
trabajo la autodiciplina?
En otras
ocasiones, simplemente no hacemos las cosas porque no nos apetece .
En ese caso hay cinco pasos que puedes seguir:
- Análisis de coste/beneficio; tenemos que valorar en primer lugar qué beneficios vamos a sacar de hacer aquello que estamos postergando.Por otro lado debemos analizar todos los problemas que puedan surgir, buscando soluciones para ellos.
- Organizar un plan, organizado en etapas aquello que quiero hacer.
- Facilitar la tarea, poniéndome objetivos realistas.
- Pensar positivamente, evitando frases como lo “hago todo mal”.
- Reconocernos los méritos y no infravalorar nuestros esfuerzos.
Si los
quieres ver más desarrollados, pincha aquí
La
regla del minuto
Muchas
veces tenemos que irnos acostumbrando a hacer las cosas de una manera
inmediata y no dejarlo para después. Para ello podemos irnos
acostumbrando a hacerlo de manera gradual. Para ello está la regla
del minuto: si tenemos que hacer algo que se pueda hacer en un
minuto, ya sea responder un mensaje o un correo por ejemplo, debemos
obligarnos a hacerlo de manera inmediata. De este modo, vamos
acostumbrándonos a no demorar nuestras tareas. Cuando lo hayamos
conseguido, aumentamos a 10 minutos, a media hora, una hora...etc.
Es mucho
lo que podemos ganar, ¿Empezamos?